lunes, 15 de agosto de 2011

Babilonia




Babilonia fue el centro de una cultura original que construyo grandes templos y puso la ley por escrito por primera vez.La ciudad era propiedad del dios Marduk, que designaba, según las creencias de los babilonios, al rey para que la administrara. El rey no era considerado un ser divino como el faraón, era sólo un intermediario entre la gente y los dioses y vivía rodeado de sus colaboradores, los nobles, que lo asistían en sus tareas.



Desde que la ciudad fue fundada hasta su desaparición su plano sufrió muchos cambios, debido a las continuas destrucciones y reconstrucciones de la ciudad. Pero la mayoría de datos que se conocen son de la época Neobabilónica cuando la ciudad tenía más de 1000 ha.

Cuando antes de la 1ª guerra Mundial fue excavada por arqueólogos alemanes, se descubrió que el Eúfrates dividía la ciudad en dos orillas: la Este que tenía el barrio antiguo construido con un plano ortogonal algo irregular y los palacios y templos. La orilla Oeste era la ciudad nueva, construida en la época Neobabilónica que tenía un plano ortogonal, característico de la época.

El plano de la ciudad estaba compuesto por 24 calles estrechas e irregulares, en ocasiones encharcadas y no pavimentadas, excepto el camino procesional, y rodeadas por casa altas y sin ventanas. Para evitar que la basura que los babilonios tiraban llenase la ciudad las cubrían con arcilla, pero esto hacía subir el nivel de la calle al igual que el de los pisos;
Estas calles eran paralelas o perpendiculares al río que cruzaba la ciudad y sólo proporcionaban acceso a templos, casa importantes y edificios públicos.

Los babilonios construyeron templos escalonados llamados Zigurat. No eran tan altos como las pirámides pero llegaban a medir unos 70 metros. El zigurat era el templo y, por lo tanto, el centro de la vida política, social, cultural y comercial de Babilonia.


Los jardines colgantes de babilonia: son considerados una de las Siete Maravillas del Mundo. Fueron construidos en el siglo VI a. C. durante el reinado de Nabucodonosor II en una ciudad a orillas del río Éufrates.
Los jardines estaban situados junto al palacio del Rey, precisamente al lado del río, para que los viajeros los pudieran contemplar ya que el acceso estaba prohibido al pueblo. Desde la más alta de las terrazas se situaba un depósito de agua desde el cual corrían varios arroyos.



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